Todos los 298 ocupantes del Boeing 777 que viajaba de Amsterdam a Kuala Lumpur murieron cuando fue derribado sobre un área controlada por los rebeldes. Los restos calcinados del avión quedaron esparcidos en una amplia superficie de 20 kilómetros cuadrados.
Apenas se ha comenzado a recoger los restos del avión con la supervisión de investigadores y funcionarios holandeses de la Organización para Seguridad y Cooperación en Europa. Los fragmentos de fuselaje recuperados se cargarán en trenes para su traslado a la ciudad ucraniana de Járkiv, controlada por el gobierno. La investigación sobre la causa del desastre se realizará allí y en Holanda.
Los esfuerzos por investigar el suceso y recuperar los restos se vieron retrasados por los continuados combates entre tropas del gobierno y combatientes separatistas. En septiembre se acordó una tregua, pero las hostilidades prosiguieron de todas maneras.
Alexander Kostrubitsky, responsable de servicios de emergencias en la zona rebelde de Donetsk, dijo en el lugar que la recolección de escombros podría llevar unos 10 días. Los restos de fuselaje se serrarían para facilitar su transporte, añadió.
En el video, residentes de Hrabove preguntan por el paradero del piloto. Esto es significativo porque varios aviones militares ucranianos habían sido derribados para entonces, y los rebeldes tomaban prisioneros a los pilotos y tripulantes sobrevivientes.
Tres días antes del derribamiento del avión de pasajeros, los rebeldes se atribuyeron haber derribado un avión Antonov 24 de transporte militar.
Kiev y las potencias occidentales culparon del ataque al avión a separatistas respaldados por Rusia, que habrían empleado un misil tierra-aire.
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